Respetemos las diversas libertades que existen en la iglesia. No juzguemos ni impongamos nuestra libertad, legalismos y lÃmites a otros. Tratemos con amor al que piensa distinto (aun cuando tengamos la razon). A veces esto implica ceder o renunciar por amor al hermano y a la Iglesia. Pongamos en practica el consejo de Pablo y evitemos hacernos daño unos a otros.
This browser does not support the video element.